Hoy os traigo un rico plum-cake elaborado con plátano. Unos plátanos demasiado pasados quizá para comerlos son la excusa perfecta para hacer este bizcocho.
Es jugoso y especiado, con un interior cremoso. Su aroma es delicioso.
Los plum-cakes, también llamados "pasteles de viaje" por no necesirtar frío para su conservacion, son un bizcocho ideal para desayunos y meriendas. Vamos con la receta.
Ingredientes (para dos moldes grandes de plum-cake):
- 8 plátanos + 2 o 3 para el interior
- 700 gr de azúcar moreno o moscovado si tenemos acceso a él
- 500 gr de harina floja
- 240 gr de aceite de oliva o girasol
- 4 huevos
- 20 gr de bicarbonato o royal en su defecto
- 10 gr de sal
- 1 cucharadita de nuez moscada
- 1 vaina de vainilla raspada
Elaboración
Voy a hacer la mitad de la receta.
Para empezar, precalentamos el horno a 220º o en modo grill, cogemos los plátanos extra (mejor que estén algo enteros) y los pelamos. Los cortamos en rodajas de un centímetro de grosor aproximadamente y los ponemos en una bandeja de horno con papel. Ponemos un poco de azúcar sobre cada rodaja y los llevamos al horno hasta que empiecen a caramelizar, unos 15 minutos según el horno.
A la vez que los plátanos se van dorando, encamisamos los moldes. Primero untamos una capa muy fina de mantequilla, con los dedos o un pincel, y luego espolvoreamos de harina por todos los rincones.
Mientras se enfrían un poco, ponemos en un bol, jarra batidora o thermomix los plátanos, los huevos y el azúcar y trituramos. Incorporamos, a chorro fino el aceite y seguimos batiendo hasta que quede cremoso y homogéneo.
Añadimos la sal, el bicarbonato, el interior de la vaina de vainilla y la nuez moscada, mejor si es recién rallada.
Por último incorporamos la harina suavemente y trabajando solo lo necesario.
Llenamos un tercio del molde con el batido y colocamos una fila de rodajas de plátano caramelizadas, y cubrimos hasta otro tercio del molde con el batido. esto hará que el bizcocho tenga sorpresa al cortarlo y tenga un interior cremoso.
Si sobra mezcla, lo ponemos en cápsulas de magdalena o moldes pequeños.
Llevamos al horno, a 180º durante 30-45 minutos según el tamaño del molde y el horno, hasta que al pinchar con una brocheta esta salga seca. A los pocos minutos la cocina se llenara con un olor delicioso. Nunca hay que abrir el horno durante los primeros 20-30 minutos o se bajará.
Una vez que esté cocido, lo ponemos sobre una rejilla, dejamos que se atempere unos minutos y desmoldamos con cuidado, despegando los bordes con un cuchillo. Dejamos que termine de enfriar sobre la rejilla y listo para comer.
Si queremos decorarlo, podemos hacerle lineas con chocolate blanco fundido, o simplemente espolvorearlo con azúcar glas. Que aproveche.
Consejos:
- Al encamisar moldes es aconsejable darles unos golpes boca abajo contra la encimera para quitar todo el exceso de harina y evitar que se forme una corteza blancuzca en el bizcocho. Otra alternativa es forrar los moldes con papel de horno, con lo que saldrán perfectos.
- Podemos aprovechar la vaina de vainilla raspada para hacer unas natillas, crema pastelera o para aromatizar un almíbar. Para conservarlas lo mejor es meterlas en un tarro hermético con azúcar, así conseguiremos azúcar vainillado casero y las vainas aun pueden infusionarse, asi que no las tiréis!
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