miércoles, 15 de octubre de 2014

Día 1: Pan de cebolla


Como primera receta he hecho unos panecillos de cebolla. El pan es uno de los alimentos mas básicos, así que me pareció una  buena idea.

Este pan es muy sencillo, con pocos ingredientes, y con un aroma espectacular. En este caso he usado harina integral, porque es la única que tenía en casa. Tuve que aumentar ligeramente la cantidad de agua, pero la receta os la doy con harina blanca. Vamos a ello.


Ingredientes:
-1 kg de harina de media fuerza
-300 gr de cebolla picada fina
-50 gr de mantequilla
-500 ml de agua a temperatura ambiente
-20 gr de sal
-50 gr de levadura fresca de panadería


Elaboración:
El primer paso es picar la cebolla, ya sea a cuchillo o mediante picadora.
La ponemos a rehogar con la mantequilla, a fuego medio-bajo, hasta que quede translúcida y sin que se dore.
 Una vez lista la dejamos enfriar, ya que si la echamos en caliente en la masa, subiría su temperatura y se alteraría.



Disolvemos la levadura en el agua para asegurarnos de que se reparte homogéneamente y sin que queden grumos.

Si hacemos el amasado a mano, formamos un volcán con la harina y vamos incorporando los ingredientes en el centro, mezclándolos poco a poco con los dedos hasta que podamos trabajar la masa. Trabajamos la masa estirándola y doblándola hasta que quede una masa lisa, homogénea y elástica.
Si lo hacemos con amasadora, incorporamos primero los líquidos y después vamos añadiendo el resto de ingredientes, terminando por la harina.


La temperatura final de la masa debe estar entre 24º y 25º.
Una vez lista la masa, la dejamos reposar unos 15 minutos para que pierda fuerza, tapada con film o en un recipiente. Esto nos facilitará darle la forma final.

Dividimos la masa en porciones con un cuchillo o cuerna, en mi caso panecillos de 60 gr. Una de las formas para dividirla es formar un cilindro e ir cortando rodajas iguales.

Boleamos las piezas con la mano, formando un arco con los dedos y haciendo círculos sobre la mesa, para que la forma sea lo mas perfecta posible y la superficie sea lisa y tensa, lo que favorece que mantenga una forma bonita cuando fermente y doble su volumen. Yo he hecho panecillos redondos, pero las formas solo tienen como limite la imaginación. Eso si, hay que evitar los picos finos ya que se pueden quemar con facilidad.

Colocamos las piezas sobre una bandeja de horno ligeramente engrasada o con papel y dejamos que fermenten hasta doblar su volumen. Un buen lugar para ello es el horno apagado en el que introduciremos un cazo pequeño con agua hirviendo para aportar un ambiente cálido y húmedo que tanto le gusta a la levadura.
Yo he decorado los panecillos con un poco de queso rallado, pero también se pueden usar semillas de amapola, sésamo,etc, o no ponerle nada, según nuestro gusto.

Precalentamos el horno a 215º, calor arriba y abajo y pulverizamos agua en el interior justo al introducir los panes para generar algo de vapor.

Horneamos hasta que tengan un bonito color dorado y dejamos enfriar sobre rejilla. Otra opción es darles solo media cocción y una vez fríos congelarlos. Luego cuando los necesitemos tan solo hay que meterlos congelados en el horno y terminar de cocerlos.

Consejos:
-Si queréis decorarlos con semillas, pintamos muy ligeramente con agua los panes nada mas bolearlos y le pegamos las semillas usando un platillo
-Este método de amasado es el llamado método directo, usando solo levadura y con tiempos de reposo cortos, pero podéis dejar la masa fermentar antes de dividir, la trabajamos un poco para sacarle el aire (desgasificar) y la dejamos reposar en la nevera toda la noche. al día siguiente seguimos el proceso normal, dividiendo la masa.

Espero que os guste.

Un saludo

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